Por David Uriarte /

El registro de los hechos delictivos es conocido por la sociedad, el dicho de las autoridades de primer nivel también, la diferencia es que la vivencia social es colectiva y el dicho gubernamental es individual.

Para evitar suspicacias o criticas fundadas en el parcialismo de las creencias, hay que remitirse a las evidencias, al día siguiente de los hechos noticiosos que le dieron la vuelta  al mundo, el General Secretario de la Defensa Nacional dijo en la mañanera y quedó registrado para la historia, que el éxito del operativo se debió a seis meses de inteligencia, en la misma pieza oratoria dijo que la captura se debió al patrullaje de efectivos de la Guardia Nacional apoyados a la distancia por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, y gracias a que vieron seis camionetas con blindaje artesanal de donde se dio la agresión, fue por ello que los elementos de la Guardia Nacional la repele y de ahí se deriva la detención del generador de violencia.

Algo parecido sucedió un día después del 17 de octubre del año 2019, cuando era la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Alfonso Durazo Montaño, hoy Gobernador de Sonora, varias versiones registradas en texto, audio y video, donde las contradicciones relacionadas con el operativo fueron evidentes, sin embargo, ese no es el tema, eso es entendido cuando la realidad rebasa la planeación y sucesos de esta naturaleza no soportan planeación exacta.

El tema es la verticalidad en la disciplina al comandante supremo de las fuerzas armadas, la lealtad en primer término no importa que al final se les corrija la plana o queden evidenciados por la realidad, al fin, esto no configura delito, al contrario, deja clara evidencia del compromiso personal con el jefe, ésa es la base de la seguridad operativa y política en cualquier régimen o gobierno sin importar el color.

Saber o descubrir lo que hay detrás de operativos de tal naturaleza donde intervienen interés de otros países, especialmente Estados Unidos con su interés por controlar, disminuir o erradicar el tráfico, venta, y consumo de psicotrópicos, más cuando la crisis por el fentanilo está cobrando cada día más víctimas mortales, es tarea difícil para una sociedad que se tiene que conformar con el desprestigio del gremio periodístico, y asumir como verdad todo lo que escucha en las mañaneras.

Por eso el General nunca se equivoca.