Por David Uriarte /

 

La psicóloga especializada en sexología Helen Singer Kaplan, propuso el modelo actual de la respuesta sexual, dándole el primer escaño al deseo en la escalera del orgasmo.

Más que hablar de las clasificaciones del trastorno del deseo sexual, hay que abordar uno de los problemas poco entendido y muy padecido en la vida de pareja: la baja del deseo sexual.

¿Podemos desear lo que ya tenemos? Una cosa es admirar, disfrutar, cuidar, recordar, preferir; amar, proteger, apreciar, pero… ¿Desear con toda la pasión lo que ya se tiene? La respuesta es sí, la complicación para este sí, es que no se activa el circuito neurológico de la búsqueda y la motivación, los niveles de dopamina y serotonina permanecen sin novedad y la ansiedad, la búsqueda de premio y satisfacción no se activan.

El sexo por deseo es mejor que el sexo por placer, en otras palabras, las relaciones sexuales en las parejas cuyo deseo es alto, tienen y mantienen una sensación subjetiva de pertenencia y apego más evidente que las parejas que tienen relaciones coitales solo por placer.

Si bien es cierto que en todos los encuentros eróticos lo que se busca es el placer, la diferencia es marcada cuando se agrega el componente del deseo, comer sin ganas nutre, pero comer con ganas nutre y le da sentido a la vida.

Gottman estableció los cuatro factores para predecir el divorcio: la crítica constante, mantenerse siempre a la defensiva, la muestra de desprecio y la negativa a mantener la comunicación. Las parejas estudiadas por Gottman habían tenido un buen principio y todas coincidían con un buen nivel de deseo erótico, sin embargo, con el tiempo el deseo sexual disminuyo y los problemas se elevaron.

Las imágenes de resonancia magnética funcional de los cerebros de las parejas estudiadas, demostraron que las parejas que se mantuvieron unidas, tenían activadas la corteza orbitofrontal, el núcleo accumbens, y la corteza cingulada implicadas en el amor a largo plazo y satisfacción en la relación.

Aunque la pareja no aceptará tan fácil una demostración neurocientífica, la verdad es que en temas como el deseo sexual bajo en pareja, sólo la ciencia puede dilucidar el origen, y la psicoterapia buscar la solución. No desear a la pareja no significa no amarla.

 

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