Por David Uriarte /

Los datos históricos revelan que Andrés Manuel López Obrador se afilió a mediados de la década de los setentas al Partido Revolucionario Institucional (PRI), para colaborar en la campaña de Carlos Pellicer al Senado de la República. En 1983 fue presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Tabasco; y es en 1988 cuando empieza a deslindarse del PRI para sumarse junto con el ingeniero Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo al PRD, desde entonces AMLO vuela sin alas prestadas.

Actitudes o posturas radicales afirman de manera juiciosa que Andrés Manuel López Obrador tiene problemas cognitivos… Podrá tener problemas emocionales como cualquier humano, pero si hay un área de su vida que le funciona es precisamente la cognitiva, tiene capacidad de abstracción, aunque fácilmente puede divergir del estilo de pensamiento tradicional o clásico.

Su llegada a la Presidencia de la República ni es casual ni es tramposa, es tan legítima como legítima es su forma de pensar y ahí es donde está la rispidez con los pensamientos de los que hoy son oposición; no se trata de alabanzas, se trata de análisis y descripción de hechos.

Se podrá estar o no de acuerdo con la realidad, pero ésta no cambia por los acuerdos o desacuerdos, la realidad se transforma como producto de una serie de condiciones humanas propias de la inteligencia y la libertad.

El neurocientífico Joaquín Fuster afirma que lo único que poseemos los humanos es la libertad de pensamiento, el esclavo lo es hasta que su voluntad lo permite, libertad y voluntad se amalgaman para romper la esclavitud de las creencias; no todo lo que se piensa es cierto, esa es la base para romper cualquier paradigma.

Los aciertos y desaciertos en la política son propios del ejercicio de la misma, en política solamente no se equivoca el que no es político.

AMLO es un referente mundial en la política, a pesar de las críticas, las nuevas generaciones de políticos entre otras cosas tendrán que aprender de la perseverancia de él, los cambios de paradigmas sociales no se rompen de la noche a la mañana.

Lo que no es flexible, se fractura… y el que no se adapta, es un desadaptado. México ya no transita por los caminos del PRI.