Por David Uriarte /
La muerte de tres personas, un guía de turistas y dos sacerdotes jesuitas en el poblado Cerocahui municipio de Urique en el estado vecino de Chihuahua, han conmocionado al mundo, el Papa Francisco, líder de la comunidad católica en el mundo usó las redes sociales para mostrar su postura ante tal acontecimiento en México: “Expreso mi dolor y consternación por el asesinato en #México, de dos religiosos jesuitas y de un laico. ¡Cuántos asesinatos en México! La violencia no resuelve los problemas, sino que solo aumenta los sufrimientos innecesarios”.
Algo pasa en la cabeza de aquellos con impulsos primitivos incontrolables, aquellos sin retraso mental porque saben y comprenden lo que hacen, pero no sienten culpa, no aprenden de la experiencia, y vuelven a cometer una y otra vez la misma conducta delictiva.
Cuántos “chuecos” andan caminando por la vida, por las comunidades de pocos y muchos habitantes… la ‘chuecura’ de la mente es una enfermedad, lo mismo aparece en una persona con preparación académica alta o baja: hace días, la misma semana de los asesinatos en Urique, Chihuahua, un abogado de 79 años asesina a su pareja en un restaurante de la Colonia Del Valle, Alcaldía Benito Juárez, de la Ciudad de México; jóvenes y viejos, con dinero y sin dinero, con estudios y sin ellos, pueden tener conductas sociales abominables.
Los aprendizajes que se pueden derivar de las conductas sociopáticas, sirven para replantear los paradigmas aprendidos sobre la crianza de los hijos, ¿Qué tanta madre o qué tanto padre le hace falta al delincuente?
Los niveles de rechazo y abandono en la niñez, de humillación, abuso e injusticia, influyen en la conducta social de aquel niño que hoy es criminal. Además de la crianza que sostiene la columna psicológica, habría que preguntarse cómo está de la parte biológica, es decir, si existe algún trastorno del neurodesarrollo que lo marcó desde su fecundación para que hoy en la adolescencia, juventud o adultez se le disparen conductas criminales.
¿Cuántos “chuecos” se pueden enderezar a tiempo? ¿Cuántos “chuecos” se detectan cuando ya es prácticamente imposible revertir los daños sociales? Es momento de aprender de la experiencia social, de entender que la ‘chuecura’ mental no se endereza con discursos o pistolas.
Gobierno y sociedad, si las cosas están bien no le cambien, si no funcionan ¿que esperamos?