Por David Uriarte /

Negar la realidad no hace que desaparezca. El cuento de que una mentira contada mil veces se convierte en verdad sólo puede tener cabida en un cerebro limitado o disminuido por algún trastorno del neurodesarrollo. Negar lo evidente es actitud deshonesta por decir lo menos, negar lo innegable tiene como objetivo vender ideas como humo que confunde o construye barrera entre lo que es y lo que se pretende que sea.

El tema de las drogas ilegales y sus consecuencias: adicción y muerte, es un tema que afecta a México y sus mexicanos. Desde la década de los setenta del siglo pasado, la historia registra la ‘operación cóndor’ en Sinaloa, intento especifico de las autoridades federales para erradicar la siembra, cultivo, trafico, y consumo de estupefacientes.

En este siglo, la ‘iniciativa Mérida’ entró en operación en 2008, poco más de tres mil millones de dólares se invirtieron en trece años con los resultados por todos conocidos: lejos de disminuir el tráfico y consumo de drogas ilegales, éstas aumentaron dejando miles de muertos por el consumo, otros tantos por las disputas de la comercialización, y una historia de huérfanos y viudas como secuela de la sed por obtener dinero “fácil”, y una generación de adictos.

La crisis de las drogas ilegales ya tocó la puerta de lo político, primero fue la puerta de lo legal, ahora Estados Unidos acusa a México de producir y traficar con la nueva droga fentanilo, esta molécula cuyo poder adictivo atrapa al consumidor hundiéndolo en las aguas mortíferas desde la primera vez que lo consume.

Casi todos los días la SEDENA, la Guardia Nacional, la Marina, o las policías estatales, informan de la detección, destrucción, o aseguramiento de laboratorios donde se procesa el fentanilo, precursores químicos, hornos artesanales y toda la tecnología para producir el mortífero fentanilo.

Los reportes nacionales e internacionales refieren a Sinaloa como uno de los estados donde en lo que va del año, se han detectado el ochenta por ciento de los laboratorios; señalan también que más del cincuenta por ciento del fentanilo que se consume en Estados Unidos se produce en México, ayer se difundió decomiso de 280 kilos de fentanilo en el Valle del Carrizo, Ahome, en un punto de revisión conocido como El Desengaño.

Negar que en México se produce y trafica con el fentanilo, es como negar que el agua moja.