Por David Uriarte / 

Sólo en un ambiente bajo condiciones se asepsia y antisepsia como un quirófano limpio, se puede mantener distancia entre el virus pandémico del siglo XXI y los humanos.

Todas las medidas de higiene son buenas, sin embargo, lo que determina sobreponerse al riesgo, es la fortaleza biológica y psicológica de la persona ante los agentes patógenos, en este caso al virus SARS-CoV-2.

La parte biológica de la estructura humana es tan importante como la parte psicológica, tener un sistema inmunitario sano es contar con el arsenal de fuego para debilitar al enemigo, es dar la pelea a los intrusos cuya potencialidad puede arrancarle la vida a la persona infectada.

La fortaleza biológica es como el hardware de la computadora, son los componentes físicos, y la fortaleza psicológica es como el software, ese conjunto de programas o instrucciones que hace funcionar al equipo.

Hoy más que nunca se necesita un programa psicológico de motivación por la vida, de calidad y estilo de vida que le dé precisamente sentido a la vida; la diferencia entre la vida y la muerte puede ser la actitud, la forma de pensar ante una realidad confeccionada con miedo, desinformación, abrupta, inesperada, mortal para un porcentaje reducido de personas que pertenecen a la población vulnerable o de mayor riesgo.

No todo lo que se piensa es cierto, por eso hay que tomarse un descanso para analizar el contenido del pensamiento. A veces el pensamiento sólo es producto de la fantasía derivada de la ignorancia, o el juicio esta sesgado por la realidad de los demás. Mientras el pensamiento haga sociedad con la emoción llamada miedo, la mezcla puede ser mortal, tan mortal como el propio virus en un cuerpo sin defensas.

El mejor refugio para esconderse de la letalidad viral es el pensamiento sano, en consecuencia, las acciones asertivas, regresar a lo básico… “el virus no tiene tratamiento”, tarde o temprano el cuerpo se topará con él por cualquier vía, sin embargo, un pensamiento sano mantiene conductas alimenticias sanas. Hoy sabemos que el término “epigenética” significa que no importa la carga genética, si se modifica el estilo de vida, se modifican los genes.