Por David Uriarte /

El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud mental. De alguna manera la salud mental se relaciona con la salud física, económica, social, familiar, y de pareja, el bienestar depende en gran manera de un cerebro sano, de un cerebro que tenga una mentalidad prudente con una mente sana.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ponen mucho énfasis en la salud mental de la población; la estadística de trastornos mentales revela que la depresión sigue siendo una enfermedad pandémica, estiman que para el 2030, las enfermedades mentales, especialmente la depresión ocupará el primer lugar en la morbilidad mundial.

A veces nos perdemos en la estadística y el pronóstico mundial de la salud mental por la depresión, mientras tanto, otras enfermedades como la ansiedad, el trastorno del control de los impulsos, los trastornos obsesivos – compulsivos, las adicciones, la esquizofrenia, y el suicidio, siguen avanzando como la humedad.

Los trastornos de la personalidad y las condiciones socioeconómicas arrinconan a la salud mental en los tiempos donde la recesión, la inflación, y la pérdida del poder adquisitivo por los ingresos reducidos mantienen a las familias hundidas en créditos y préstamos hipotecarios, cuando el hambre y las necesidades toca la puerta, el cerebro reacciona con emociones impredecibles.

Hay dos caminos para llegar a perder la salud mental, el biológico y el psicológico, un cerebro lastimado por traumatismos físicos o por deficiencias nutricionales en el embarazo, la herencia, o un metabolismo alterado en las funciones cerebrales, asegura una mente con trastornos.

Puede ser que la persona tenga un cerebro biológicamente sano, sin embargo, puede aprender modelos de pensamiento distorsionados, formas de pensar fuera de la realidad o simplemente dificultad para ajustarse a la realidad sociofamiliar, ahí aparecen las estructuras de pensamiento que dificultan la vida de relación.

En los modelos de aprendizaje, el papel de los padres o las figuras de autoridad tienen un papel fundamental, hay cerebros sanos que aprendieron a ser violentos, otros aprenden a ser resentidos, otros a sentirse solos, abandonados o rechazados… el aprendizaje es vital en la niñez como vitales son los padres.

Acuérdate, no todo lo que piensas es cierto.