Por David Uriarte /
Todos los días nacen y mueren seres humanos. En el nacimiento, casi siempre está la presencia, mano y conocimiento del personal de salud, en el momento, días o meses previos a su muerte, también.
La profesión médica se asocia con el dolor y el sufrimiento, un alto porcentaje de personas buscan al profesional de la salud, cuando se sienten mal, tienen dolor, o les aqueja un sufrimiento.
La vida sólo es un espacio en el tiempo por donde transita el humano, después de nacer, lo único seguro es morir; el médico se enfrenta a signos, síntomas, y medidas que lo hacen suponer el origen de los males del enfermo, es tan reducida su participación, que nunca ha logrado vencer a la muerte.
Ni los más ricos del mundo, ni los médicos más preparados, han logrado sobrevivir en el tiempo; naces, a veces creces, a veces te reproduces, pero siempre te mueres.
En la línea del tiempo, los humanos han acrecentado su presencia, desde los veinte o treinta años que vivían hace siglos, hasta los ochenta o cien años que logran vivir hoy, con las excepciones de algunos que han tocado el umbral de los ciento diez o ciento veinte años.
Los médicos encumbrados en la ciencia, premios Nobel, o súper-especialistas, al llegar a los ochenta años o más, la sombra de la demencia o la fragilidad vascular los amenaza, junto con una serie de enfermedades que en otro tiempo presumían tratar.
Esa es la verdad de la condición humana, lo que envejece o deja de funcionar, no son los títulos o las cuentas bancarias, son las células, los tejidos y los órganos cuya programación no resiste la mano del tiempo.
Técnicamente, los médicos se preparan para prevenir, diagnosticar de manera oportuna, dar tratamientos eficaces, y cuando el caso lo amerita, rehabilitar o controlar el daño, sin embargo, alargar la vida de los pacientes y su calidad, representa una tarea poco menos que imposible.
Aún no existe una especialidad médica que garantice llevar a las personas, o incluso a los mismos médicos, a una calidad de vida funcional después de los cien años, hay muchas posturas ideológicas, planteamientos hipotéticos, y creencias, que sólo son eso, una cosa es tratar a los viejos y sus achaques, y otra cosa es prolongar la vida de manera saludable.
El Día del Médico es un recordatorio de la relación médico-paciente, ¿Qué es un médico sin sus pacientes? La teoría sin práctica, es conocimiento archivado.