Los tumores cerebrales ocupan el lugar 19 entre todas las neoplasias, y el 10 entre las más letales. A nivel mundial, cada año se diagnostican cerca de 300 mil nuevos casos, que corresponden al 2.5% de la mortalidad por cáncer.
En nuestro país están poco estudiadas la incidencia y prevalencia de estas neoplasias, pero se estima que la incidencia es de 3.5 por cada 100 mil habitantes y representa la segunda y quinta causa de mortalidad por cáncer en grupos de 0 a 18 años y de 18 a 29 años (1).
Es difícil pensar en una condición de salud más siniestra que un tumor cerebral. Pero si bien estos tumores son difíciles de tratar, el panorama no es necesariamente sombrío. A medida que avanzan los avances en las técnicas de cirugía cerebral y otras terapias, existen más opciones para extirpar tumores cerebrales, retardar el crecimiento tumoral y prevenir la recurrencia.
Entendiendo a los tumores cerebrales
“Nadie sabe qué causa los tumores cerebrales; sin embargo, han surgido ciertos factores de riesgo, como tener antecedentes familiares de tumores cerebrales y por exposición a un tipo de radiación llamada radiación ionizante”, dijo el neurocirujano certificado el doctor Tsz Lau.
Al igual que otros tumores, los tumores cerebrales pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores cerebrales benignos tienden a crecer lentamente y, por lo general, no invaden los tejidos circundantes.
Pero debido a que pueden ejercer presión sobre áreas sensibles del cerebro y causar problemas de salud graves, también pueden requerir tratamiento.
Los tumores cerebrales malignos tienen células cancerosas y se consideran potencialmente mortales porque crecen e invaden el tejido cerebral sano. Pueden ser un tumor primario, que comenzó en el cerebro, o un tumor secundario, que se diseminó al cerebro.
La mayoría de los tumores cerebrales son secundarios o metastásicos, lo que significa que las células cancerosas migraron al cerebro desde el cáncer en otra parte del cuerpo.
Señales de advertencia
Los signos y los síntomas pueden varían según la ubicación y el tamaño del tumor, algunos son:
- Dificultad con el equilibrio o para caminar
- Pérdida gradual de la sensación o el movimiento en un brazo o una pierna
- Dolores de cabeza que se vuelven más frecuentes y severos
- Cambios de personalidad o comportamiento
- Convulsiones
- Dificultades del habla
- Problemas de la vista
Sin embargo, estos síntomas no son exclusivos de un tumor cerebral y pueden sugerir también otros trastornos neurológicos.
Ruta hacia el diagnóstico
Para el diagnóstico de un tumor cerebral, los médicos realizan un examen neurológico para comprobar el estado de alerta, el equilibrio, la coordinación y los reflejos; así como la visión, el habla y la audición.
Dependiendo de los resultados, el paciente puede someterse a una o más pruebas mediante tomografía computarizada (TC), resonancia magnética, tomografía por emisión de positrones (PET) u otros tipos de escáneres cerebrales.
La única forma de confirmar un diagnóstico de tumor cerebral es con una biopsia, en la que se examina una muestra de tejido bajo un microscopio.
Opciones de tratamiento
El tratamiento para los tumores cerebrales se basa en factores individuales, como la edad, la salud general y el historial médico, así como las características del tumor (tipo, ubicación y tamaño) y la probabilidad de que el tumor se propague o recurra.
Los especialistas en neurocirugía, oncología médica y oncología radioterápica trabajan juntos dando un enfoque de tratamiento integral y personalizado para combatir los tumores cerebrales. “Las terapias pueden incluir cirugía, radiación, quimioterapia o una combinación de estos tratamientos”, dijo el especialista del Hospital Houston Methodist.
“Si un tumor cerebral no se puede extirpar mediante cirugía debido a su tamaño o a la proximidad de áreas críticas del cerebro, se pueden usar otros tipos de tratamiento para reducirlo o retrasar el crecimiento del tumor”.
El Dr. Tsz Lau describe los tratamientos y terapias más avanzados para los tumores cerebrales y que incluyen:
- Cirugía mediante resonancia magnética intraoperatoria realizada para detectar y extirpar la mayor cantidad de tumor posible.
- La radioterapia con rayos X, rayos gamma o protones para destruir el tejido tumoral.
- La quimioterapia oral, por inyección o por vía intravenosa para atacar las células cancerosas.
- La braquiterapia, a través de la cual se coloca quirúrgicamente “semillas” de radioterapia después de extirpar el tumor.
- La quimioterapia intraoperatoria que consiste en implantar quirúrgicamente dispositivos biodegradables en el cerebro para liberar fármacos contra el cáncer.
- La terapia dirigida que utiliza medicamentos que se dirigen específicamente a las moléculas o vías involucradas en el crecimiento celular.
- Los campos de tratamiento de tumores, utilizando un dispositivo portátil, producen campos eléctricos para interrumpir el crecimiento celular.
Los expertos continúan explorando nuevas técnicas quirúrgicas para extirpar tumores, nuevas formas de atacarlos y nuevas vías para administrar medicamentos contra el cáncer. “Si bien es cierto que el tratamiento de los tumores cerebrales requiere una acción agresiva, el pronóstico suele ser esperanzador”, finalizó el Dr. Lau.