Por David Uriarte /
La cultura es la forma de hacer las cosas, en ese sentido, los culiacanenses se caracterizan por su franqueza y espontaneidad, casi siempre en conflicto con la figura de autoridad, desde los padres hasta personas que representan control de la conducta, lo que la psicología llama trastorno oposicionista desafiante.
La reconstrucción del tejido social depende en gran medida de dos condiciones: la familia y el gobierno.
El alcance de la familia es la base del comportamiento primario, son las enseñanzas desde dar los buenos días, decir gracias, cerrar la puerta, usar un vocabulario pertinente, respeto a los padres, en fin, todo aquello que se siembra en la casa y se cosecha en la calle.
Por otra parte, los gobiernos municipales encargados de regular ciertas conductas y comportamientos que en principio no son delito, pero sí una falta administrativa.
Conducir a exceso de velocidad, tirar basura en vía pública, ignorar señalamientos, estacionarse sobre la banqueta, estacionarse en lugares para discapacitados, estacionarse en línea amarilla; sonar el claxon en los semáforos, no ceder el paso al peatón, obstruir calles para hacer fiestas, no recoger las heces de las mascotas, invadir ciclovías; impedir el paso a los carros de bomberos, ambulancias o patrullas.
Música a volumen estridente en vehículos o en casa, llamadas de emergencia falsas, acoso a las mujeres en la calle; quema de basura en vía pública o solares baldíos, uso de pirotecnia, permitir que las mascotas dañen la propiedad ajena o lesione a los peatones, disparar armas de fuego, obstruir la vía pública con letreros de propaganda o publicidad.
Estacionarse en doble fila, explotación infantil o promoción de la mendicidad, dejar autos chatarra en banquetas o vía pública, sacar la basura los días que el camión recolector no pasa, conducir con las luces altas; mantener predios enmontados, estacionarse obstruyendo cocheras, usar el celular mientras conduce, conducir en estado de ebriedad, conducir motocicleta sin casco; conducir vehículos sin licencia, placas o documentación.
Este puede ser un test para medir el grado de civilidad personal y la construcción de la cultura culiacanense.