Por David Uriarte /
Culiacán es una ciudad que complementa a su gente con su tierra. Vivir en Culiacán es una experiencia que seduce los sentidos, hay mucho que ver, se respira un aire mezcla de serranía y costa, se saborean los mejores mariscos y se degustan los mejores platillos; se escuchan muchas historias entrelazadas con la mejor música de tambora, y se disfruta igual el bullicio de una ciudad dinámica que la tranquilidad de sus áreas recreativas.
Para conocer Culiacán hay dos opciones: que vivas o estés en Culiacán, o que te cuenten parte de lo que se vive en Culiacán.
No se trata de ser ingenuos y evadir el toque de realidad que también distingue a Culiacán como epicentro de ciertos disturbios que la colocaron en las primeras planas de la información mundial, nacional, y local.
La fertilidad de su tierra y el carácter franco de su gente son cosas inconfundibles e inocultables. Mientras hay ciudades que sólo conocen los ríos en pinturas, Culiacán se privilegia con tres; hay lugares significativos por su densidad poblacional pero sus habitantes no tienen la fortuna de contar con arena y playa. El desarrollo económico hace de Culiacán una oferta para la inversión, y el turismo en sus múltiples expresiones tiene sorpresas para locales, nacionales y extranjeros.
Gobiernos van y gobiernos vienen y los encantos de Culiacán se fortalecen como una invitación a disfrutarlos; todos los días se pueden hacer tours en la ciudad y en las sindicaturas, desde el esparcimiento familiar en el zoológico y el parque acuático, hasta la mitológica capilla de Malverde.
Las plazas comerciales anidan las mejores tiendas cuyo prestigio arrastra las mejores marcas; el arte culinario es único: la estadística de las carretas de tacos y de mariscos, rebasan con mucho la estadística de los restaurantes gourmet, pero se acercan mucho al número de restaurantes y carretas donde el platillo principal es el sushi, comida china, o cantonesa.
A veces la manera de valorar lo que se tiene consiste en contrastarlo o compararlo en este caso con otras ciudades, con otras vialidades, con otras economías, con otras formas de ser y comportarse… Culiacán y su gente son únicos, como únicos son otros lugares y sus habitantes, la idea no es desprestigiar las grandes ciudades con sus grandes problemas, ni denostar las áreas rurales con sus cada vez menos habitantes, la idea es disfrutar, valorar, y promover Culiacán y sus encantos.