Por David Uriarte /

Cuando la gloria se convierte en infierno, se aprende de la experiencia, se dan cuenta que no todo lo que brilla es oro, esto aplica a todas las condiciones y experiencias humanas.

Muchos jóvenes pueden pensar que la expresión máxima de la felicidad es vivir en pareja, la estadística mundial reporta que la mitad de las parejas se separan y de la otra mitad, la mitad viven como “perros y gatos”, o simplemente son disfuncionales.

Muchos padres piensan que el objetivo de la vida en pareja, son los hijos; cuando los tienen, se dan cuenta que sus aspiraciones pueden ser hijos con déficit de atención con o sin hiperactividad, pueden estar en los criterios para la condición de trastorno del espectro autista, trastornos del neurodesarrollo, o ser portadores de algún síndrome como Down. Haber nacido con genitales ambiguos por un estado intersexual, en fin… Se dan cuenta que no todo es fecundar un nuevo ser, la genética y la herencia también tiene su cuota de “maldad”, por llamarle de alguna manera.

En las aspiraciones políticas también aplican los paradigmas… Aquellos que lucharon para conseguir una posición o nombramiento, en el ejercicio de su responsabilidad, se encuentran con la antítesis de sus deseos: lucharon tanto por obtener el triunfo, pero la realidad no fue como pensaron. Hoy viven más que atormentados, desesperados porque transcurra rápido el tiempo y dejar la responsabilidad que tanto anhelaron, nunca pensaron que la gloria del triunfo se convertiría en el infierno de su desempeño.

Muchos políticos se molestan, incluso sufren por el trato social que reciben, no quieren escuchar en los medios de información, críticas a su desempeño como servidor público, quieren aplausos, quieren disfrutar las delicias del poder sin recibir a cambio señalamiento alguno que contradiga su deseo de gloria.

Una piedra en el zapato de cualquier servidor público, siempre será la familia, los hijos principalmente y el comportamiento privado, sobre todo el tema de la infidelidad, por esto, la gloria se puede convertir en infierno.

Lo mismo pasa con los del dinero fácil, ostentando lujos, exhibiendo un estilo de vida envidiable para muchos, la gran mayoría quedan en el olvido o viven en el recuerdo de un reducido grupo incluyendo su familia, estos sí que pasaron de la gloria al infierno en poco tiempo, a veces, parte de ese infierno fue la tumba para ellos y el sufrimiento para su familia.