Por David Uriarte / 

Vida y salud es lo único que puede quitar el virus de la pandemia. La vida es lo más preciado del ser humano y está condenado a perderla tarde o temprano, quiera o no quiera, le guste o no. Sin embargo, no es lo mismo la muerte natural que la muerte prematura, mientras la genética con la calidad y estilo de vida alargan el pronóstico de vida, las enfermedades y los accidentes adelantan la pérdida de la vida.

El virus pandémico afecta a todos a pesar de conservar la vida, afecta la salud física, emocional, financiera, familiar, laboral, y social. Todos los implicados en las estadísticas como enfermos asintomáticos, leves, moderados, graves en su domicilio, graves en el hospital, graves intubados y en terapia intensiva… todos estos perdieron temporalmente la salud física.

Derivado de la pérdida de la salud física, se puede agregar la pérdida de la salud emocional, incluso, los familiares que cuidan, conviven o tienen a la distancia un enfermo, pueden padecer alteraciones psicológicas que van desde insomnio, ansiedad, depresión, agitación psicomotriz, ataques de pánico o ideas delirantes de suicidio.

La salud financiera también se trastoca, hay familias que perdieron sus ahorros, sus bienes, quedaron endeudados, y a pesar de todos los esfuerzos, el familiar finalmente falleció, otros corrieron mejor suerte al conservar la vida, pero la salud financiera quedó arruinada o comprometida a largo plazo, cosa que podrá impactar también en su salud emocional y familiar.

La salud familiar también se afecta al perder la armonía como tal, salen a relucir las bondades y la solidaridad a veces no logra reconciliar las diferencias derivadas de las alteraciones de la dinámica producidas por la contagiosidad de la enfermedad, empiezan a conocerse y se encuentran en las diferencias o la intolerancia, pero más en el incumplimiento de las expectativas.

La salud laboral también está amenazada directa o indirectamente, muchos ya no pudieron regresar a sus labores por la demanda de esfuerzo y la debilidad de su organismo como secuela de la enfermedad, otros perdieron definitivamente su fuente de empleo.

La enseñanza de la pandemia es: valora tu salud.