Por David Uriarte /
El 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, el objetivo, es crear conciencia de la importancia de cuidar el llamado oro líquido para la vida de los seres humanos y las especies en la Tierra.
La pandemia del COVID-19 hizo que las actividades se postergaran para un mejor momento. Lo primero que ha pasado con el resguardo domiciliario, es que el consumo de agua potable ha aumentado, las 18 Juntas de agua potable en Sinaloa tienen capacidad e infraestructura para garantizar el abasto, sin embargo, cada una de ellas tiene características distintas.
En Sinaloa hay 11 presas, 148 plantas potabilizadoras, 835 pozos; se producen 10,500 litros de agua potable por segundo, un poco más de un 10% de lo que ocupa el estado.
La Comisión Estatal de Agua Potable y Alcantarillado de Sinaloa (CEAPAS), trabaja de la mano con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), y con las 18 juntas de agua potable en el estado. Sin embargo, hay datos interesantes, por ejemplo, 15 de las 18 juntas de agua potable tienen adeudos con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por baja recaudación, esto las imposibilita para crecer o mejorar la infraestructura, incluso las imposibilita para bajar o acceder a los recursos federales y tienen que trabajar con recursos propios de los municipios que eventualmente son limitados.
La tormenta histórica del 19 de septiembre de 2018, daño la infraestructura de la red del municipio de Ahome, por fortuna, Ahome, Culiacán y Elota, son los únicos municipios que no tienen adeudo con la Comisión Nacional del Agua. Hay juntas cuya deficiencia está en el menos 300% como la de Choix, y otras con un buen manejo como la de Mazatlán que está en números positivos.
En Sinaloa hay 15 juntas municipales de agua potable que no cuentan con dinero para hacer los proyectos ejecutivos, y si no hay proyectos ejecutivos tampoco hay obra porque no hay recursos.
Con esta radiografía precaria de casi todas las juntas de agua potable en Sinaloa, la pandemia del COVID-19, las vísperas de un clima caluroso y el aumento de las enfermedades diarreicas, ¿qué otra calamidad le falta a Sinaloa? Y nos falta analizar el drenaje sanitario.