Por David Uriarte /
Poco a poco se han distribuido los hechos en materia política, Sinaloa como cualquier entidad, cuelga de los intereses prioritarios partidistas. No se pueden entender las políticas públicas sin reconocer quien está al frente de la Presidencia, desde que es República, México organiza a su sociedad en forma vertical, primero el presidente, después los gobernadores, después los gobiernos locales.
Así en el poder ejecutivo quien distribuye los presupuestos operativos a los demás poderes, según las leyes, los poderes son autónomos, pero alguien distribuye el dinero, es decir, el poder legislativo y judicial tienen que estirar la mano al poder ejecutivo.
La relación de los poderes de la unión empieza ponerse tensa, el presidente aceptó que no existen buenas relaciones y así lo demostró en el acto protocolario del día del grito de independencia, solo él y su gente, él y su gabinete y nadie más.
El ejemplo del Presidente se transforma en una indicación tácita para los gobernadores morenistas que representan poco más del ochenta por ciento, si las entidades federativas replican el modelo de relación con los poderes Judicial y Legislativo, no sólo en lo relativo al presupuesto sino a la sumisión, entonces las condiciones complicadas se pueden volver más complicadas aún y trastocar los procesos democráticos y de gobernabilidad sostenidos por el equilibrio de poderes.
En Sinaloa, las condiciones se pueden complicar más si en esta semana el Tribunal Federal Electoral aprueba el proyecto donde se restituye en la Presidencia Municipal de Culiacán a Jesús Estrada Ferreiro.
Más gasolina al fuego en los meses previos a las elecciones del 2024, será el conflicto y las evidencias que está mostrando el juicio en contra de las autoridades de la UAS, las cosas empiezan a salirse de control… la fortaleza del juez empieza a palidecer y la Fiscalía siente la mirada en su espalda de su jefe y escucha los gritos de los universitarios, las pruebas empiezan a desvanecerse, el cansancio social se suma a las condiciones complicadas en el Sinaloa.
Siempre hay salidas, en este caso, los poderes deben estar trabajando nuevamente en construir estrategias para nulificar o minimizar los efectos del derrumbe de la imagen; lo deseado para Sinaloa es la reconstrucción de la civilidad, lo sustantivo sigue siendo la seguridad pública, la salud, la educación, y la economía.
Siempre hay salidas cuando hay voluntad.