Por David Uriarte /
La definición conceptual de solidaridad es la adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros (RAE), nada tiene que ver con la amistad, las alianzas, la sociedad o la complicidad.
La naturaleza humana confiere conductas solidarias con el desprotegido, el pobre, indigente, o por lo menos sentimientos de lastima por las condiciones adversas de los demás. La solidaridad no se mide con lamentos o indignación, se mide con hechos, con acciones evidentes de protección y suma a la causa del necesitado.
La pandemia tiene en estado de choque a la sociedad, entre el miedo y la realidad, la Covid-19 mantiene ocupados a los diversos actores de la vida pública y privada, es decir, la sociedad en general no volverá a ser la misma después de haber superado la contingencia sanitaria, si es que se supera.
Entre la vida y la muerte siempre se interpone de manera natural la asistencia médica, los rangos de urgencia y gravedad marcan de alguna manera el destino o la evolución natural del enfermo, sin embargo, a veces el pensamiento del enfermo o sus familiares se obnubila e incorpora ideas mágico-religiosas creyendo que los médicos son la mano de Dios.
Durante la pandemia los servicios hospitalarios se han incrementado con enfermos en estado crítico, muchos de ellos han tenido que ingresar a las Unidades de Cuidados Intensivos con pronósticos de gravedad extrema.
La sociedad médica está expuesta de igual manera a los aplausos y a las agresiones de parte de sus pacientes y/o sus familiares, el agradecimiento y la agresión están siempre en el patio de la conciencia del humano, “sólo no batalla o no corre riesgos con los pacientes el que no ve o atiende pacientes”.
La práctica médica es una cosa y las condiciones biológicas y psicológicas de los enfermos y sus enfermedades son otra.
En momentos pandémicos donde la mortalidad mundial es una constante, donde las afecciones virales siguen poniendo de cabeza a la ciencia, los pronósticos siguen ensombreciendo y enlutando a miles de familias en todo el mundo, esto es evidente como obligada es la pregunta ¿Dónde está la solidaridad de la clase médica?