Por David Uriarte /

Primera escena: se juran amor eterno. Segunda escena: empiezan los celos. Tercera escena: empieza el juicio de divorcio.

La vida de relación implica igualdades y diferencias, cuando los objetivos se comparten, la sinergia surge como ‘magia’ que aligera cualquier diferencia.

Cuando los objetivos son distintos, la tolerancia desaparece dejando al descubierto las ‘rocas filosas’ que cubría la ‘tersa arena’ de la negociación.

La historia alcanza a cualquier mortal que repite hazañas en la madurez de su vida; mientras la juventud construye experiencia, la madurez examina la carga de prudencia, templanza, y fortaleza acumulada como reserva para los tiempos de vicisitudes.

Sinaloa tiene poco más de tres millones de habitantes, alrededor de dos millones doscientos cincuenta mil son los ciudadanos inscritos en el padrón electoral, según datos del Instituto Electoral del Estadio de Sinaloa en el proceso de 2021, estos son los espectadores que tienen voz y voto en las políticas públicas.

A nadie ayuda las escisiones políticas, la única perdedora es la sociedad que siempre espera más seguridad, mejor sistema de salud, mejor sistema educativo, y mejor economía, en esto se reducen las expectativas sociales.

Fortalecer los pilares de la seguridad, salud, educación y economía, le da bienestar a cualquier sociedad; desenfocar las acciones sustantivas bajo cualquier pretexto, es como engordar para perder la salud y después pagar el precio de las enfermedades colaterales.

La seguridad es tema que no soporta el abandono de las políticas públicas; la salud es producto de la educación combinada con los servicios médicos funcionales; la educación es la única llave que abre el candado de la ignorancia… Una sociedad segura, sana, y educada, mantiene un poder adquisitivo que ahuyenta la delincuencia, la enfermedad, la ignorancia, y la pobreza.

Esta es la mejor obra de cualquier gobierno, todas las escenas deben estar encaminadas a bajar la percepción de inseguridad, a promocionar estilos de vida saludables, asegurar espacios educativos de calidad para todos, y mantener empleos con capacidad adquisitiva donde la inflación no sea intimidante; esto cambiará el abucheo o apatía del público por aplausos.

El estado de Sinaloa es el teatro donde la puesta en escena de la obra política, requiere actores y actrices consumados, Sinaloa no es una carpa.