Por David Uriarte /
Como era de esperar, el atentado que sufrió Ciro Gómez Leyva el pasado 15 de diciembre, está dando mucho de qué hablar, desde las reacciones oficiales encabezadas por el presidente López Obrador, Claudia Sheinbaum, y Omar García Harfuch, hasta las dogmáticas respuestas de los seguidores de la 4T y los compañeros del gremio periodístico.
En la tienda de las especulaciones, la opinión del científico y el retrasado mental cuestan igual, el único requisito es pronunciar la idea con o sin intención. Una cosa es la lógica y el sentido común, y otra la intención perversa de lastimar a alguien para defender a otro, la imparcialidad tiene un precio cuya moneda a veces es escasa.
Despojarse de los vestigios empáticos de una pobreza dolorosa que se arrulla en los genes, no es cosa fácil, superar la cicatriz de dominio o conquista, tampoco… como tampoco es fácil adaptarse a la velocidad del crecimiento y desarrollo científico y tecnológico, de la vereda al camino pavimentado, de la mula como vehículo de transporte, al automotor, de las pócimas y cataplasmas a los antibióticos, darse cuenta que se vive en el siglo XXI y no quedarse atrapado en el pasado, es cuestión de conciencia e inteligencia.
¿Por qué dedicarle tanto tiempo al atentado de una persona cuando en México suman más de 130 mil muertes violentas? Por prudencia, coincidencia o inteligencia, dos de los periodistas confrontados con el presidente López Obrador, Carlos Loret de Mola, y Víctor Trujillo (Brozo), están ausentes de la opinión pública, ¿La paranoia los silenció o tienen evidencia de ser objeto de persecución a tal grado de repetir la misma historia de su colega Ciro Gómez Leyva?
Un país de 130 millones de habitantes, con una historia de conquista, traiciones, y rebeliones, acumula resentimientos históricos inconscientes, miedos y paranoias que justifica con su forma de pensar, sus creencias y afirmaciones que no soportan contradicción o crítica, así se forman las hordas, los clanes y las tribus que dan la vida por sus ideales antes de ponerse a reflexionar, la reflexión es un ejercicio de libertad e inteligencia.
Hay niños que piensan que los personajes de la televisión están dentro del aparato, también hay adultos que piensan en la redención de la pobreza a través del dinero y no del trabajo, en fin, confundir costo y valor es parte de la cultura que mantiene a los mexicanos enfrentados.