Por David Uriarte /
La ciencia y la tecnología son evidencia de inteligencia humana, son los pilares del desarrollo social, sin embargo, sin política visionaria no se pueden unir y potencializar estas variables.
Los países primermundistas mantienen respeto, admiración y apoyo a los proyectos y protocolos de investigación, promueven la ciencia para evitar la ocurrencia o buenas intenciones.
En Culiacán, las autoridades se están apoyando en las Universidades y Tecnológicos para construir modelos de proyectos viables, pertinentes, y sustentables. Ejes estratégicos como seguridad, construcción de paz, vialidad y transporte público, deporte; cultura, educación, y espacios deportivos sustentables, son proyectos aterrizados por algunas universidades cuyos investigadores tienen el soporte duro y la evidencia de su funcionalidad, alcances y limitaciones.
Mientras la academia esté de soporte técnico y la investigación promueva proyectos viables, el futuro inmediato tendrá una medición cuyo resultado es el éxito o el fracaso de la implementación de proyectos y programas de impacto social.
Si las cosas se miden por resultados, la ciudadanía tendrá que ver en este año lo relativo al Metrobús, un autobús de transito rápido, cómodo, económico, y con tecnología de punta.
Si las promesas se cumplen, los vecinos de las zonas inundables cenarán tranquilos cuando aparezcan las lluvias atípicas, estarán tranquilos al ver llover y tendrán la confianza de “no más sustos” para sus familias y su patrimonio.
También la memoria de la promesa mantiene a los vecinos del poniente de la ciudad, a las comunidades asentadas a las orillas de los drenes que desembocan en el mar, esperando que se entuben y dejen de ser una bomba de tiempo que se activa con las lluvias.
La reina de las promesas siempre será recuperar la tranquilidad y garantizar la seguridad pública. Tarea multidisciplinaria que involucra necesariamente a la sociedad en general y a la familia en particular; autoridades y mandos operativos, en materia de seguridad, la participación política es estéril cuando no se integran los actores principales.
Si la ciencia es consejera de la política, un gobierno será asertivo, aunque no sea popular.