MICIUDAD.MX / Aunque la formalidad implica registro y comparsa, el caso incluye seguridad. Es decir, el viaje reciente de Jesús Valdés a la Ciudad de México no fue por placer; fue para coordinar una estrategia casi suicida pero segura, hasta donde se pueda.
Al amarrar las dos cuerdas, la estatal y la nacional, Valdés Palazuelos pensó lo que iba hacer, y usó el principio de disciplina política: Al Jefe no se le dice que no. Sabe que no hay jabón que le alcance para limpiar la percepción que la sociedad tiene del PRI, sin embargo, al tener una visión de futuro, lo único que le queda es trabajar y articular sus acciones a través de los medios para que la población conozca el credo de la nueva doctrina.
Son muchos los flancos a cuidar, principalmente tres: el municipio de Culiacán, los que se quedaron en el camino y la percepción social de un partido desprestigiado. Cualquiera de los temas tiene picor.
Si se trata del municipio, las auditorías, el sindicato, los de confianza y algunas cosillas más lo van a distraer. Si se trata de los aspirantes que se quedaron en el camino, es tema por demás explorado, los golpes al interior, la denostación, y lo más grave, la división interna del PRI. Tema central y difícil para Valdés Palazuelos será el desprestigio acumulado y la pregunta central ¿cómo recuperar credibilidad y confianza entre la población?
Si la experiencia es una oportunidad, la inconformidad es una amenaza. Todo lo que se diga o especule solo es la víspera de los resultados, y estos se verán a mediano y largo plazo.
En una exploración binaria de las fortalezas y debilidades de Jesús Valdés, sobresale experiencia contra percepción social, cercanía con el gobernador contra estadística de inseguridad, y así se puede seguir contrastando los positivos y negativos, la verdad es que para muchos la llegada de Chuy Valdés es motivo de alegría y esperanza, mientras que para otros será el objetivo a destruir.
Así son las cosas en el cuadrilátero de la política partidista, el éxito de los pugilistas en gran medida tiene que ver con disciplina y sus Second, por lo tanto, su gente de confianza, especialmente la Coordinación de Comunicación Social, pueden ser la diferencia entre la felicitación y el pésame.
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