Por David Uriarte /

Certidumbre es la palabra mágica que resolverá los problemas entre los comerciantes del primer cuadro de la ciudad y el gobierno municipal.

Por un lado la tragedia de salud, los miles de infectados y fallecidos, una realidad cuya evidencia está cubierta por el dolor y el sufrimiento humano, no es cuento, no es postura política. Basta darse una vuelta por los hospitales, los panteones y el registro civil.

Por otra parte, la soledad del sector comercio, la obscuridad de sus ventas, la presión de sus deudas y la anemia de sus finanzas, tienen a los comerciantes en un desespero convertido en irritación. Con el riesgo inminente de irrumpir en la violencia o actos vandálicos.

Para el gobierno municipal es una provocación la postura de ciertos grupos radicales. Para ciertos grupos radicales es una provocación la postura del gobierno municipal, esta es la polarización que mantiene tensa la relación gobierno-gobernados.

Es inminente que el Ayuntamiento de Culiacán dentro de unas horas se pronuncie de manera específica y clara, en relación a las acciones y actos de gobierno en bien de la sociedad en general y de los comerciantes en particular.

Los organismos intermedios como la Cámara de Comercio (CANACO), la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC); los transportistas, la asociación de comerciantes del Mercado Garmendia, y los comerciantes del primer cuadro de la ciudad que han visto afectadas sus ventas, -primero por el cierre temporal y ahora por la colocación de muros en diez de los principales cruceros- no están obstinados en el desacato a la autoridad, sólo reclaman CERTIDUMBRE.

La certeza será el tranquilizante para gobierno, comerciantes y sociedad. Saber cuáles son las reglas de operación, evita la incertidumbre de que hoy se dice una cosa y mañana otra, de que hoy la parada de camiones es aquí y mañana no, de que hoy esta calle está cerrada y mañana no… En fin, certeza en un protocolo cuyo consenso sea producto de un alineamiento con el gobierno federal y estatal. Cuando todos tocan con la misma partitura, el resultado se llama armonía.