Por David Uriarte /
El neurocientífico holandés Dick Swaab, realizó autopsias a mujeres y hombres con orientación homosexual y heterosexual, lo hallazgos revelaron que el núcleo supraquiasmático del hipotálamo era el doble de grande en homosexuales que en heterosexuales.
De la misma manera, Simón Le Vay publicó en 1991 que otra parte del cerebro, el INAH3 (Tercer núcleo intersticial del hipotálamo anterior), era entre dos y tres veces más pequeño en homosexuales que en heterosexuales y muy parecido al de las mujeres.
Al mismo tiempo, Michael Bailey estudió a gemelos 100% idénticos, demostrando que si uno de ellos era homosexual, en el 52% de los casos, su hermano también lo era, sin embargo, en gemelos dicigóticos o 50% idénticos, cuando presentan orientación homosexual, solo el 22% de los hermanos también lo son; esto indica una correlación del componente genético en la orientación sexual.
La dificultad de estos estudios estriba en que el tamaño de la muestra, es decir, el número de casos estudiados no es concluyente. Otro estudio revelador fue el famoso estudio Xq28, una investigación asociada a los genes y a la forma de ciertas estructuras cerebrales.
A pesar de estudios en evolución como el del psiquiatra Alan Sanders con más de mil parejas de hermanos, ambos homosexuales, hasta la fecha nadie ha encontrado la evidencia de un gen relacionado cien por ciento con la orientación homosexual.
Hay resultados que concluyen que entre los homosexuales, hay un 39 por ciento más de zurdos o ambidiestros que entre los heterosexuales. Otro estudio demostró que los cerebros de los homosexuales reaccionaban de forma diferente al de los heterosexuales cuando se les exponía a la Androstenediona, una hormona que se encuentra en el sudor de los hombres.
Las hipótesis más fuertes y consistentes son las que plantean que los niveles hormonales durante el embarazo podrían afectar la diferenciación del cerebro incluyendo la orientación sexual, y otra que sugiere que el sistema inmunológico de la madre provoca feminización parcial del cerebro.
Muchos estudios, nada concluyente. Según la ciencia, lo verdaderamente dañino es no aceptar la homosexualidad.
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