Por David Uriarte /
“Caras vemos, corazones no sabemos…”, este dicho popular encierra una gran verdad, no se puede confiar o juzgar a nada ni a nadie por la apariencia, una cosa es lo que se ve y otra lo que se esconde, detrás de una persona con traje y corbata puede estar un criminal y detrás de una persona con ropas harapientas puede estar un intelectual con valores y virtudes.
En la política federal se ven acciones que harían suponer una baja en el poder del presidente, lo relativo a la reforma energética, la reforma electoral, la ministra Yasmín Esquivel y el escándalo mediático del plagio de su tesis en su licenciatura en la UNAM, por este motivo fue “relevada” o no elegida y en su lugar quedó Norma Lucía Piña, nueva ministra presidenta de la SCJN.
El senador y empresario Armando Guadiana superó en la encuesta interna al subsecretario de Seguridad Ricardo Mejía Berdeja y al delegado del Gobierno federal en Coahuila, Reyes Flores, al interior de MORENA este ejercicio fue “raro” por decir lo menos, el propio presidente del partido en el poder, Mario Delgado, ha mantenido un silencio y un hermetismo significativo en relación con el proceso de selección de candidato para esa gubernatura.
Poco a poco las cosas se han complicado en este régimen o para decirlo de otra manera, no todos los deseos del Presidente se están cumpliendo.
De cualquier manera, es innegable la aceptación del Presidente entre los mexicanos, una aceptación que supera el 60%, seis de cada diez mexicanos encuestados aprueban la gestión del Presidente, esto asegura con mucho la continuidad del régimen en manos de Sheinbaum, López Hernández, Ebrard, o la sorpresa que pudiera tener reservada el mandatario para el caso.
Así como algunos temas se han atorado en la agenda del Presidente, así mismo, la agenda de la oposición se ve vacía, no hay liderazgos emergentes, no hay una verdadera unión, es cierto que hay cuadros valiosos como Beatriz Paredes Rangel, Enrique Alfaro Ramírez, Samuel García, y la lista puede soportar por lo menos cinco personas más de distintos partidos de oposición, pero ¿qué tanto cree la población en ellos?
Esta es la pregunta y está la pequeña gran dificultad que tendrá cualquier candidato de “unidad” por parte de la oposición si es que se ponen de acuerdo.
A cuatro años de distancia el régimen obradorista presenta una cara con filos inesperados.
¿Pronto habrá sorpresas?