Por David Uriarte /

 

El cansancio de un miembro de la pareja es un signo inductor de deterioro, indica dos cosas, o efectivamente él o ella trabajan en exceso, o es el mejor pretexto para poner una barrera entre ellos.

Una cosa es estar cansado y otra no tener deseo sexual, una persona puede estar muy cansada pero siempre habrá un reducto en la expresión del erotismo.

Cuando se juntan ambas variables, el cansancio y la falta de deseo sexual, la catástrofe de pareja anuncia su allegada tarde o temprano, excepto que ambos estén en las mismas circunstancias y no exista reclamo.

Los ritmos sexuales diferentes son la primera causa de conflictos eróticos en la vida de pareja, tanto hombres como mujeres tienen o mantienen ritmos sexuales distintos, mientras ella puede ser una mujer deseosa, él puede ser un hombre con deseo sexual hipoactivo o inhibido, dando paso al malestar de la pareja.

Sin embargo, también puede ser al revés, ella puede ser una mujer sin deseo sexual o con poco deseo, y él un hombre hipersexual, así es como se inician a veces las catástrofes en la vida de pareja.

La motivación es parte de la clave para permanecer en la cercanía del afecto y el placer sexual en pareja.

La motivación responde a la secreción de dopamina en el cerebro, una substancia química encargada de la recompensa y la euforia o sensación de bienestar en la persona, si la motivación disminuye, las ganas también, por eso, muchas parejas buscan la panacea o la forma mágica de mantener viva la flama del deseo sexual o las ganas de permanecer unidos.

No existe una fórmula universal que asegure las ganas de permanecer siempre con mucho deseo sexual con la pareja. La edad, las hormonas, la nutrición, el sobrepeso, los problemas vasculares y neurológicos así como el estado de ánimo, son los principales factores que hay que revisar cuando el cansancio y el aburrimiento sexual tocan la puerta de la vida en pareja.

Una persona con vida laboral estresante y con una pareja que no le despierta el apetito sexual, camina rumbo al aburrimiento, la infidelidad o el fracaso matrimonial.

Los predictores del fracaso matrimonial son muchos, sin embargo, cansancio y falta de ganas son los más amenazantes.