Por David Uriarte /
En los maratones se inscriben cientos de participantes sabiendo o teniendo conciencia que no llegarán a correr ni la mitad de la ruta, mucho menos llegar a la meta, y de ganar… ni se diga; son participantes de relleno que sólo lo hacen porque les gusta, no porque puedan ganar.
Algo similar ocurre en las campañas político-electorales donde se apuntan porque cumplen con los requisitos legales, no con la simpatía o aceptación suficiente para ganar, sólo para participar.
En resumen, el partido en el poder sólo enfrentaría una verdadera oposición si se sumaran todos los partidos en contra, tendrían que hacer un bloque opositor: PAN, PRI, PRD, MC, PV, Y PT, cosa que no va suceder, por eso, los partidos satélites de MORENA siempre aseguran un lugar en la charola de prerrogativas del partido en el poder, esos partidos pequeños si saben lo que significa ganar-ganar.
Si a los partidos satélites que en este caso son el Verde y el PT, se suma el partido Movimiento Ciudadano, las cosas se ponen más tensas para la verdadera oposición (PAN, PRI, PRD y partidos locales en algunos casos).
La inercia de un régimen político, que puede ser que llegó para quedarse por lo menos por algún tiempo significativo, tiene asustados a los partidos de oposición, a la clase media, media alta, y alta.
Son muchos los rumores que fortalecen la idea entre los votantes de clase baja, es decir, los pobres, aquellos que ganan un salario mínimo o menos, los de la economía informal, los desempleados, o los de grupos vulnerables, la idea de que MORENA es la mejor opción para su economía… por eso se agrupan formando un bloque o un escudo protector para el partido en el poder el día de las elecciones.
La clase media, media alta y alta, tienen miedo perder sus privilegios, tanto que se están arriesgando a que les pegue el sol el día de las elecciones, parece que se están animando a salir de su zona de confort y hacer fila bajo los rayos inclementes del sol para manifestar su inconformidad con el régimen actual.
Los esfuerzos tácticos de los partidos de oposición se enfrentan a dos condiciones claramente definidas, los candidatos de relleno que de alguna manera les pueden quitar el voto útil, y la abulia de la clase adinerada que estaba acostumbrada a ganar con el voto corporativo cosa que ya no sucede.
Entre los candidatos de relleno y el confort de la clase adinerada, está la diferencia del triunfo.