Por David Uriarte /
Analizar el desarrollo de la conducta social relacionada con las elecciones del 2018 y el 2021 en México, es encontrar la causa de la polarización del pensamiento político, no se puede reducir a conceptos del conocimiento empírico como chairos o fifís… la conducta nace y no tiene más limite que la libertad, es en la libertad donde se ejercen los derechos constitucionales, es en la ignorancia donde se buscan culpables y en la inteligencia soluciones.
La aversión genética convertida en rechazo o repugnancia de los votantes a los partidos y políticos del pasado, se sustenta en la cadena de hechos y acontecimientos que la historia reciente registra como evidencia del pensamiento de esos políticos y sus partidos.
Parece que los cromosomas de las nuevas generaciones anidan genes que codifican para la animadversión del pasado político, no quieren explicaciones, no necesitan profundizar en ideologías diferentes a las de ellos, hay una transformación del pensamiento que no admite replica o justificación, sólo respiran por la herida social que les dejo el pasado reciente.
Prueba de lo anterior es la tendencia aplastadora de la marca política MORENA, evidencia de la importancia de la marca son las votaciones mayoritarias aunque el candidato sea de otro partido incluso si militó en el PRI o en el PAN, los votantes parece no fijarse ni en los nombres de los candidatos, ponen su vista y su marca en el logo de MORENA.
Ante esta conducta genética poco se puede hacer, no se trata de dogmas o competencia ideológica, se trata de una instrucción robótica plasmada en las neuronas de las nuevas generaciones, y en la conciencia de las generaciones maduras y viejas.
Analizar los números resulta interesante, mientras la marca MORENA tiene 50 mil votos, cinco o seis partidos no logran juntar entre todos la décima parte. Esta es la proporción guardada prácticamente en todo México, un fenómeno sociopolítico más que interesante, estas proporciones hablan de un hipnotismo colectivo, de una genética política nunca antes vista a pesar de la libertad democrática, a pesar de contar con tantos partido políticos, la polarización es 80/20: MORENA y los demás.