Por David Uriarte /
Entre tener la razón y ser amigo del que manda, es mejor lo segundo.
En la práctica, los conceptos de valores, honestidad, moral, rectitud, imparcialidad, buen juicio, prudencia, justicia, ética, incorruptible, y todos los actos buenos que distinguen a la especie humana, se quedan en pausa viendo pasar los favores, indulgencias, y prerrogativas del que manda, en favor de sus amigos; las excepciones confirman la regla.
Mientras el Dr. Francisco Garduño Yáñez, comisionado del Instituto Nacional de Migración se pasea con tranquilidad por cualquier parte después de la muerte de 40 personas migrantes y 25 lesionados, el día 27 de marzo del año 2023, otros andan huyendo por delitos menores para la ley, pero mayores para el poder.
La importancia de ser amigo del que manda, es el antídoto de lo que se quiere combatir: impunidad y corrupción.
No son los méritos académicos, partidistas, idealistas, o la trayectoria en tareas técnicas, administrativas o políticas… El mejor mérito es la amistad sellada por la incondicionalidad del vínculo que asegura confianza más que capacidad.
Cualquiera en su sano juicio, o ajeno al quehacer político diría que esto no debería ser posible, y tiene razón, sin embargo, las evidencias demuestran otra cosa. 9.500 millones de pesos es el dinero faltante en Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX), un organismo descentralizado, sectorizado a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el presidente López Obrador admite que es “el caso más escandaloso” de corrupción en su Administración y defiende al ex-titular de la dependencia, Ignacio Ovalle.
La presidenta Claudia está conformando un gabinete híbrido, profesionistas de tiempo completo, competentes en la materia, académicos, expertos en el encargo, y, por otro lado, dando paso a la voluntad del que aún manda, obedeciendo hasta donde es posible, pero buscando colocar sus fichas para moverlas en búsqueda del triunfo político y administrativo.
La amistad termina convirtiéndose en complicidad, cuando ese vínculo se rompe, aparecen las filtraciones en forma de traición, ventilándose dichos, hechos, y conductas, o escribiendo libros como una forma de exhibir la doble cara del amigo y la información de primera mano que obtuvieron del que manda.
Preparación académica, entrega, honestidad, y lealtad son buenas, pero ser amigo del que manda: es mejor.