En América Latina los feminicidios representan alrededor del 60 por ciento de todos los asesinatos de mujeres en el mundo, mismos que son cometidos por razones asociadas a su género y en su gran mayoría, por hombres cercanos o familiares, expuso la especialista en antropología y sociología de género, doctora Montserrat Sagot.

Invitada por el Centro de Políticas de Género para la Igualdad entre Mujeres y Hombres de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), la decana del Sistema de Estudios de Posgrado de la Universidad Nacional de Costa Rica compartió a través de la conferencia “Bio-aritmética del feminicidio: desigualdades, necropoder, asesinato social en América Latina” que la violencia contra las mujeres es un problema social endémico producto de una organización social estructurada sobre las bases de las desigualdades.

“Para las mujeres en particular, la situación es sumamente difícil tenemos a uno de los países con las tasas de feminicidios más altas del mundo, tenemos también una gran cantidad de mujeres en situación de gran desigualdad, gran abandono y eso creo que hay que llamar la atención para que todas las personas tomen nota sobre lo que está pasando”, indicó.

 

Señaló que América Latina es el territorio más violento del mundo y el único continente donde no ha bajado los índices de violencia, haciendo un análisis de dicho fenómeno por medio del desarrollo de conceptos como necropoder, asesinato social, este último hace referencia a personas que viven literalmente en mundos con condiciones de gran precariedad.

Puntualizó que, si bien en América Latina hay más asesinatos de hombres, los feminicidios representan alrededor del 60 por ciento de todos los asesinatos de mujeres, las cuales en su mayoría mueren en condiciones más trágicas a manos de hombres de sus familias, por hombres que las pretendían, por hombres que se creían dueños de ellas o por violencia sexual.

“Cuando los hombres son socializados para pensar que las mujeres son su posesión, cuando los hombres socializados para pensar que si no tienen mejores perspectivas de vida porque fueron excluidos de los sistemas educativos, de los trabajos, entonces lo único que tienen que controlar y que pueden controlar es a las mujeres de sus familias, entonces cuando aumentan las condiciones de desigualdad como ha pasado en la región, cuando aumentan las condiciones de precariedad aumentan todos los crímenes contra las mujeres”, apuntó.

La pionera en las investigaciones de feminicidios en Centroamérica agradeció a la máxima casa de estudios por la invitación para compartir su conocimiento y llamó a las y los investigadores a aportar desde la academia nuevos conceptos, nuevas perspectivas para que contribuyan a visibilizar y reducir los índices de este tipo de violencia.

“Hay que seguir hablando, hay que mantener el dedo sobre la línea y eso hace que entonces, nos olvidemos y no naturalicemos esa violencia que se vive, naturalizar la violencia es aceptar que es un destino inevitable y la violencia no es un destino inevitable, se puede combatir, se puede prevenir y podemos construir sociedades más felices”, manifestó, Montserrat Sagot.

Cabe decir que la inauguración de este evento académico estuvo a cargo de la doctora Beatriz Eugenia Rodríguez, titular del Centro de Políticas de Género para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, quien en su mensaje destacó que es preocupante que, a la fecha, en el estado, ninguna de las acciones que establece la Alerta de Género se encuentren en cumplimiento al 100 por ciento.