El principal elemento para una vida saludable, es una alimentación saludable y adecuada, esto hará la diferencia entre y poseer una mejor calidad de vida.

“Que tu medicina sea tu alimento y que tu alimento sea tu mejor medicina”
Hipócrates

Hoy se sabe que muchos de los componentes químicos presentes en los alimentos pueden tener funciones específicas, todas ellas en beneficio de la salud.

Los componentes biológicamente activos en los alimentos funcionales pueden aportar beneficios para la salud o efectos fisiológicos deseables.

Luego de mucho trabajo de investigación en los últimos años se ha podido sustentar el hecho de que una gran cantidad de productos disponibles pueden potencialmente pueden mejorar la salud y el bienestar de las personas. Es decir, alimentos que contribuyen a reducir el riesgo de aparición de alguna enfermedad o bien retardar su desarrollo, estos son los alimentos funcionales.

Algunos ejemplos de estos alimentos son las frutas y los vegetales, los granos enteros, los alimentos y las bebidas fortificadas o mejoradas y algunos suplementos en la dieta. Los componentes biológicamente activos en los alimentos funcionales pueden aportar beneficios para la salud o efectos fisiológicos deseables.

Cereales: Son alimentos básicos en nuestra nutrición y mejor aún si los consumimos integrales, ya que al contener fibra facilita el tránsito intestinal y además tienen pocas grasas. Son ricos en proteínas, minerales, vitaminas del Grupo B y fibra; que tiene cierta protección frente al cáncer de colon y ayuda a bajar el nivel de colesterol en sangre. Dentro de los cereales podemos mencionar: Arroz integral, Avena, Espelta (una variedad de trigo).

Tubérculos y raíces: Este grupo de alimentos crecen bajo la tierra y contienen gran cantidad de minerales como potasio, calcio, fósforo, magnesio, vitaminas C y E, ácido fólico, antioxidantes e hidratos de carbono. En este grupo podemos mencionar: Ajo, Betabel, Camote y Zanahoria.

Hortalizas y Verduras: Son el grupo de alimentos indispensables en una dieta equilibrada y lo más recomendable es comerlas frescas. Y son muy bajas en su aporte calórico. Entre las verduras y hortalizas podemos destacar: Col, Brócoli, Tomate, Calabaza, Berenjena, Pimientos, Espinacas, Espárragos y Col de Bruselas.

Leguminosas: Estas semillas han formado parte de la alimentación desde hace muchos años y deben de seguir así por su excelente composición nutritiva. Son una excelente fuente de proteínas y fibra, muy pocas grasas, ricas en ácidos insaturados.

Frutas y bayas: Las frutas y bayas (o frutos del bosque), desempeñan un papel muy importante en la nutrición del ser humano, ya que son fuente importante de antioxidantes, como lo son la vitamina C, E, selenio y los fitoquímicos como los carotenoides y flavonoides responsables del color, sabor y aroma. Así como también un aporte importante de fibra que actúa evitando el estreñimiento y regulando la función intestinal y minerales como el potasio y magnesio. Dentro de este grupo podemos mencionar: Kiwi, Granada roja, moras, Arándano, Fresas, Zarzamoras y Blue Berries.

Hierbas y Especias: El principal objetivo de estos alimentos es darle un mejor sabor a las comidas y hacerlas más apetecibles. Dentro de sus propiedades se puede mencionar que facilitan la digestión y evitan trastornos digestivos. Podemos mencionar: Cúrcuma, Orégano, Jengibre, Canela, Laurel, Tomillo, Azafrán, Hinojo y Anís.

Frutos secos y semillas: Los frutos secos son semillas con un contenido menor de agua. La mayoría provienen de árboles a excepción de la semilla de calabaza y sésamo. Todos estos frutos secos y semillas son ricos en ácidos grasos cardiosaludables, proteína , aminoácidos como la arginina, entre los que podemos mencionar: Quinoa, Nuez, Almendra y Sésamo.

Las personas deben esforzarse por consumir una amplia variedad de alimentos. El mejor consejo es incluir una variedad de alimentos y acudir a un profesional de la salud certificado quien te dará un plan de alimentación personalizado.

Maestra en nutrición deportiva
Jessica Gordillo
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