Por David Uriarte /
Gracias a las condiciones sanitarias derivadas de la pandemia en México, muchos procesos políticos sindicales se postergaron, en Sinaloa, se renovó la dirigencia de la Sección 27 del Sindicato de Maestros, lo mismo está por ocurrir en la Sección 53 donde José Fernando Sandoval Angulo está por entregar la estafeta.
El gobernador Rocha Moya trae en su agenda varios pendientes relativos a la vida interna del sindicato de maestros, incluso, hay trabajadores de la educación que piensan que serán los titulares del sindicato, asumiendo cercanía con el ejecutivo.
El ejercicio democrático de elección de la dirigencia sindical en la 53, está salpicado por particularidades inusuales… Los liderazgos consolidados en el tiempo, los liderazgos de las dirigencias recientes, los liderazgos de la disidencia eterna, más los liderazgos emergentes producto de la coyuntura electoral, están poniendo en aprietos la transparencia y operatividad del proceso de elección de la dirigencia sindical que siempre había sido cuestión de trámite.
Muchas cosas han cambiado en el tiempo para la vida sindical del magisterio, la primera de ellas, es el cambio de régimen político en México; la segunda, es el cambio de régimen político en Sinaloa; y la tercera, la titularidad de la Secretaría de Educación Pública y Cultura, cuya filiación política es diferente a la filiación política tradicional de la organización sindical.
Estas condiciones limitan la tramitología propia donde sindicato y gobierno venían manejando acuerdos y convenios no escritos.
Hoy, la estructura operativa y administrativa de la educación dio un giro con rumbo diferente; hoy, los acuerdos barnizados de privilegios están limitados; hoy, la historia está atropellando la vida interna y operativa del sindicato dejando una estela de oportunidades para interpretaciones, a veces ciertas y a veces tendenciosas.
Temas como el Isssteesin, fondos de ahorro producto de negociaciones de los comités seccionales de hace 30 o más años, están siendo la ‘punta del iceberg’ en la disputa por la transparencia donde el fondo tiene dos dobleces: el poder y el dinero.
No se trata de buscar culpables, se trata de buscar soluciones.