Por David Uriarte /
La inteligencia es la capacidad para resolver problemas. Uno de los problemas que iba creciendo como una bola de nieve, fue el de la UAS y el gobierno.
La UAS y sus autoridades enfrentaron a los tres poderes, al poder ejecutivo, al legislativo y al judicial, fue la inteligencia del Poder Ejecutivo la que derribó los muros que aprisionaban cada vez más el conflicto a tal grado que escaló hasta la Secretaría de Gobernación y el Palacio Nacional, no fue la herencia de López Obrador, ni la indolencia de Claudia Sheinbaum, fue la suma de circunstancias y la falta de negociaciones de ambos lados lo que dimensionó el conflicto de tal magnitud… que aun con voluntad política, los tiempos legales aún siguen corriendo como remanentes históricos del conflicto que marcó al estado, la universidad y la sociedad.
Muchos se preguntarán porqué la decisión salomónica llegó casi dos años después de iniciado el conflicto, por lo que haya sido, lo importante para la sociedad, el gobierno, y la UAS, es que llegó, y en estos momentos, la UAS y el gobierno no sólo fumaron la pipa de la paz, sino que se convirtieron en coadyuvantes para la estabilidad política que tanto necesita Sinaloa.
La inteligencia gubernamental ha superado un conflicto mayúsculo, lo que sigue es superar la crisis de inseguridad a través de acciones específicas que generen confianza en la sociedad a través de lo números, es decir, a través de los hechos.
Tres cosas son evidentes en esta crisis de inseguridad en Sinaloa, el número de homicidios dolosos, el número de desaparecidos, y el número de vehículos robados, todo esto hace un gran número, el número de sinaloenses que temen convertirse en víctimas de cualquiera de las tres cosas.
Si la inteligencia gubernamental sigue aportando ideas y acciones que deriven en la disminución de los números, poco a poco la sociedad sinaloense empezará a recuperar su estabilidad emocional, su estabilidad económica, y la esperanza de tener un clima de paz y bienestar a la brevedad posible.
La inteligencia gubernamental no es magia, es estrategia, es la limpia de los nidos de corrupción en cualquiera de sus instituciones, es incidir en el potencial de las familias donde están los hijos en periodo de crecimiento, es promover las virtudes cardinales como la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, envueltas en el respeto a la vida.
Esta es la inteligencia gubernamental.