Por David Uriarte /

Hay elementos subjetivos difíciles de medir, saber si se gana o pierde peso es fácil, sólo hay que subirse a una báscula; saber de la riqueza de alguien medida en pesos o en bienes, es cuestión de investigarlo… en fin, hay instrumentos de medición cuya confiabilidad y validez representan formas inequívocas de emitir un veredicto.

Cuando se habla de variables subjetivas como la moral, de conductas que deben mantenerse dentro de un rango que les abonen a las virtudes y no a los vicios, las mediciones terminan siendo relativas, es decir, indirectas, por ejemplo, las escuelas particulares que aseguran mantener en un estándar de admisión donde privilegian las buenas costumbres y la forma honesta de vivir de los padres de familia, resulta que no siempre es así.

Cuando los padres de familia buscan un modelo educativo para sus hijos, piensan en tres cosas; con quien van a convivir sus hijos, cual es la actividad de los padres de familia, y cuánto cuesta la educación.

En una ciudad como Culiacán, se cuentan con los dedos de las manos las escuelas que presumen un modelo educativo con valores, regularmente estas escuelas o colegios tienen dos condiciones: son caras para el promedio de la población, y tienen una asociación muy marcada con la religión.

Es la segunda condición, el imán que acerca a muchos padres y madres a estas escuelas: la religión, la moral, las buenas costumbres, los valores humanos, y la promoción de una vida de bien.

Con la crisis de inseguridad que está viviendo la ciudad y padeciendo la sociedad, hay escuelas particulares que han entrado en crisis de asistencia, incluso, algunas han despedido personal, esto habla o marca de manera indirecta, una asociación de la actividad de los padres con la ausencia de los mismos, la otra causa podría ser el miedo.

Si fuese el miedo la causa del abandono de la ciudad, es posible entonces que por lo menos la mitad de la población hiciera lo mismo, por otra parte, el abandono escolar es más marcado en este tipo de escuelas particulares, donde el costo entra en un rango que supera con mucho el ingreso modesto de la gran mayoría de la población.

La doble moral se expresa entre los criterios de admisión de estas escuelas, y la realidad, de otra manera ¿Por qué tanta ausencia? ¿Será el precio que están pagando por la doble moral? Paradójicamente el que busca indulgencias siempre es el pecador.