Por David Uriarte /
El Día Internacional del Hombre se conmemora cada 19 de noviembre, muchos hombres, se dan cuenta por las redes sociales… A diferencia de cualquier otro festejo, el Día Internacional del Hombre termina siendo una caricatura de su identidad social, es decir, muchos hombres no están acostumbrados a ser halagados de esa manera, ven en la conmemoración un suceso trivial.
El Día de la Madre, el Día del Niño, hasta el día de las flores si es que existe, son días aplaudidos socialmente, la cultura de la honra, el respeto, y el reconocimiento, están enfocados a segmentos cuyo toque afectivo es evidente desde la cultura occidental.
La percepción que tiene el hombre de sí mismo, tanto en su imagen como en su identidad, no mantiene estándares competitivos con el género como tal. Los hombres en general se han acostumbrado culturalmente a ser parte de la semilla reproductiva, privilegiando el erotismo como forma de reafirmar su masculinidad, pensamiento a veces opuesto a la percepción de la mujer como tal.
El tema de los afectos, especialmente los sentimientos de los hombres en relación a la pareja, la familia, y la sociedad, están presentes, aunque su canal de expresión a veces sufre estreñimiento crónico.
El hombre empieza a ser diferente a las mujeres en la sexta semana de gestación, cuatro fenómenos neurofisiológicos son distintos en relación al cerebro de las mujeres: las verbalizaciones, la expresión emocional, la expresión sexual, y la agresividad, que no violencia.
Los circuitos de la verbalización son modificados por la presencia de la testosterona fetal, por eso, las mujeres hablan primero que los hombres y son más fluidas en su comunicación verbal, simple y sencillamente por no tener niveles de testosterona fetal en su sangre.
La expresión emocional es evidentemente más fluida en las mujeres, el cerebro del hombre carece del detector de emociones o expresiones no verbales o corporales; las mujeres al ver la cara de otra persona pueden detectar si existe un rasgo de tristeza o alegría, cosa que no pasa en el cerebro del hombre.
La sexualidad en los hombres tiene un pilar robusto y a veces hipertrofiado, es la potencialidad erótica, por eso, los grandes problemas de muchos hombres se dan en el terreno sexual más que en el afectivo.
La cuarta diferencia tiene que ver con la agresividad. Este es el destino masculino.
Mucho por aprender.