Por David Uriarte /
Los casos de éxito no son fortuitos, son producto del esfuerzo, la constancia, y la tenacidad. El esfuerzo nada tiene que ver con la academia o grados escolares.
La constancia y tenacidad, la primera tiene que ver con la personalidad y la segunda con la inteligencia, hay personas sumamente inteligentes si grados o títulos académicos, grandes empresarios, fundadores de empresas de talla mundial, ejemplo de lo que hay que hacer y de lo que no hay que hacer.
También hay personas que se la pasan todo el tiempo estudiando, acumulando títulos, diplomas, constancias, siempre están en capacitación, y no pasan del discurso, los deseos, o las críticas. Curiosamente, a veces, estos estudiosos terminan trabajando para los que no estudiaron de manera formal, pero son los dueños de la riqueza.
La cámara de comercio (CANACO-CULIACÁN), a través de su presidenta María Guadalupe Zavala Yamaguchi, invitó al empresario Javier Lizárraga Mercado, presidente del Consejo de Administración del Grupo de Empresas Marino, y exsecretario de Economía en el Gobierno de Quirino Ordaz.
Como pocos eventos, este sábado pasado, el desayuno de la CANACO estuvo a su límite, gran asistencia, estuvieron presentes líderes empresariales y expresidentes de la Cámara de Comercio de Culiacán, uno de ellos fue el doctor José Lauro Meléndrez Parra, encargado de presentar al conferencista.
De entrada, el contraste entre el fundador de la empresa Café el Marino, y el actual presidente del Consejo de Administración, es evidente; el fundador no termino la primaria, y el presidente del Consejo, estudió en el Tec de Monterrey.
Según los datos presentados, don Ricardo Lizárraga Granados Fundador de Café el Marino, inició la empresa en 1950 en Mazatlán Sinaloa, desde entonces hasta el día de hoy, la transformación es evidente, el producto está presente prácticamente en todo el mundo.
Los asistentes no perdieron la oportunidad para hacer una serie de preguntas, todas encaminadas a conocer parte del secreto del éxito empresarial, Javier Lizárraga, de forma amena, describió a veces de manera anecdótica y otras veces de manera concreta, las acciones emprendidas por don Ricardo Lizárraga, para posicionar a Café el Marino, y después construir el emporio denominado Grupo de Empresas Marino.
Aprender del que sabe, es intentar imitarlo.