Por David Uriarte /

Lo cierto es que van cuatro jueves que hay noticias de impacto internacional cuyo epicentro es la capital de Sinaloa, también es cierto que el dólar rebasó en estos días el techo de los veinte pesos, de eso no hay duda.

Lo de menos son las hipótesis sobre la coincidencia de los jueves, la verdad es que el pánico se apodera de gran parte de la población, la lluvia informativa satura todos los canales, las redes sociales sobre todo el WhatsApp, se satura con videos y textos, videos cortos de los hechos en distintas partes del municipio de Culiacán, mensajes de voz, algunos exagerando la nota, otros describiendo los hechos, y unos más llamando a la calma y el resguardo personal y familiar.

Las especulaciones dan para mucho, lo cierto es que la tarde de este jueves 29 de agosto, a partir de las tres de la tarde empezaron a circular evidencias de enfrentamientos entre civiles y militares, reportan detenciones, heridos y muertos, la presencia de artefactos tipo ponchallantas para entorpecer el tráfico y evitar el arribo de unidades del ejército a los lugares del conflicto.

Ciudad Universitaria declaró a partir de las cuatro de la tarde, la salida de sus alumnos para evitar cualquier contratiempo, algunas empresas también bajaron sus cortinas o cerraron sus puertas como signo de protección a sus empleados.

Entre la realidad y la exageración, vuelve a ser un jueves cuando se trastoca la tensa calma de los habitantes de Culiacán, también es cierto que el transporte urbano deja en el desamparo a miles de usuarios, se ven por las avenidas principales y las calles de penetración a diversas colonias populares, el desfile de personas a paso rápido, revisando sus teléfonos, o hablando con sus familiares para saber el estado de cosas.

Los discursos y las estadísticas quedan fulminados ante la realidad, difícil creer en números que tratan de infundir tranquilidad y construir percepción de que no pasa nada, cuando por todas partes se ven personas espantadas, las líneas telefónicas saturadas, las emociones de las madres expuestas ante la ausencia de sus hijos por su presencia en las aulas o los lugares de trabajo.

Mientras tanto, aviones de ala fija y helicópteros surcan el cielo de la ciudad presagiando trabajo propio de las fuerzas armadas.

Muchos dirán que hay que quitarle un día a la semana y ese día será el jueves, o bien acostumbrarnos a perder la calma un día antes.