Por David Uriarte /
La voluntad va de la mano de la conciencia, sin embargo, hay conductas inconscientes donde la libertad toma el papel de la voluntad.
La libertad es la puerta por donde pasan los deseos conscientes e inconscientes, libertad y voluntad son dos condiciones humanas distintas. La libertad es la capacidad de hacer, decir, pensar, analizar, o darles rienda suelta a los impulsos, sin la presencia de la conciencia; la voluntad implica conciencia, abstracción, y una conexión entre la conducta y las consecuencias.
Todos los problemas entre las partes, sin importar su origen o destino, tienen que ver con la libertad, no necesariamente con la voluntad. Hay pensamientos y conductas que, al no pasar por la conciencia, la libertad los lleva al desagüe de la desgracia, cosa distinta pudiera suceder si la voluntad consciente estuviera presente.
Los problemas internacionales, nacionales, locales y personales, corren la misma suerte, es decir, los impulsos primitivos de sobrevivencia, supremacía, liderazgo, y poder, se manifiestan a través de la libertad, eventualmente ausente de la conciencia volitiva, una cosa es poder hacer algo y otra distinta es hacer algo consciente de sus alcances, con la ausencia de los impulsos primitivos donde todos es blanco o negro.
Los grados de maldad pueden estar impregnados de libertad, marinados con los impulsos primitivos del poder, pero ausentes de conciencia, con una voluntad aplastada por la libertad cuyo combustible es el impulso emocional de cualquier tipo.
Los problemas que enfrenta el país, la sociedad, las familias y las personas, se derivan más de la libertad que de la voluntad consciente, la voluntad necesita reflexión, la libertad impulso o motivación.
Todos los problemas se pueden resolver con voluntad, con el análisis consiente de los alcances catastróficos donde todos pierden; si la conducta sigue la ruta de la libertad impulsiva, la sociedad está condenada a vivir en medio de conflictos que le pueden salpicar indirectamente.
La maquinación requiere conciencia donde la voluntad también puede dañar a la contraparte, son cosas diferente actuar bajo los impulsos de la libertad o actuar bajo la maldad consciente, donde la voluntad conoce su fin.
El valore de la voluntad, es el valor de la conciencia, el valor de la libertad es el valor de los impulsos transformados igual en beneficio o perjuicio colectivo o individual.