Por David Uriarte /
El absolutismo no aplica en las humanidades, cuando se habla de la rentabilidad de los partidos políticos o de las personas, las interrogantes incluyen ¿Rentable para quién? ¿Para quién es rentable el PRI, el PAN, el PRD, MC, el Verde, el PT, o MORENA?
En estos momentos de reestructuración de algunas dirigencias partidistas, la rentabilidad se mide por el número de miembros y simpatizantes, en definitiva; por el número de votos que alcanzarán en las urnas.
En el caso de MORENA, la rentabilidad no se mide o percibe igual en los beneficiados de los programas sociales que superan los treinta y cinco millones de personas, que en algunos empresarios perdedores de prerrogativas como la condonación de impuestos o tratos especiales.
Si hoy fueran las elecciones, la rentabilidad de MORENA frente a los productores de maíz y otros granos sería diferente a la rentabilidad de MORENA en el 2018.
Hace diez años, los políticos de carrera veían con desdén al partido que emergía producto de fracturas internas del PRD y la izquierda en general, es decir, percibían una rentabilidad mínima, hoy, es el partido político más atractivo y más rentables.
Hace treinta años, pertenecer al PRI se convertía en la seguridad del triunfo electoral, hoy su rentabilidad es tan baja que hay desbandada de su militancia y eventualmente traición a su “identidad política” al ofertarse sin recato a la posible demanda de otros partidos, especialmente a MORENA.
Detrás de la simpatía siempre hay una ganancia, una satisfacción, casi todos los partidos políticos perdieron simpatizantes en el 2018, excepto MORENA, su fortaleza fue asegurar dinero en el bolsillo de millones de mexicanos, si con la promesa superaron sus expectativas, imaginemos lo que puede pasar con 35 millones de personas recibiendo un ingreso modesto; pero seguro.
La otra cara de la moneda cuando se habla de rentabilidad política, son los empresarios, los agricultores, los industriales, en fin, aquellos que ponen el dinero producto de su esfuerzo para mantener al gobierno y a su vez a los programas sociales.
Hay millones de personas supercontentas con MORENA y su gobierno, y miles de contribuyentes inconformes con las políticas públicas del presente régimen.
Las acciones de los partidos políticos para convencer a la clientela electoral, será la zanahoria más apetitosa, así se medirá la rentabilidad.