Por David Uriarte /

La única persona que sabe cómo ve a Sinaloa el Presidente, es el propio Presidente ¿Cómo está Sinaloa? Esa es otra cosa.

La mirada del Presidente a Sinaloa tiene un sólo objetivo: las elecciones del 24, ese es el fin, el medio son las acciones emprendidas en su régimen.

Ganar las elecciones del próximo año significa repetir la proeza del 18, para eso se necesita hacer lo mismo y que las condiciones sociopolíticas sean las mismas, la historia reciente demuestra que ni las condiciones son las mismas y que la estrategia será distinta, aunque con el mismo objetivo.

Los sinaloenses con credencial de elector son los próximos constructores del triunfo o la derrota de MORENA, los que habrán de dar continuidad a la cuarta transformación o los que darán paso a la alternancia del poder político.

Una cosa es como ven a Sinaloa los morenistas y los ‘lopezobradoristas’, y otra cosa es como habrán de responder en las urnas los sinaloenses, los candidatos también cuentan, aunque no será igual que en el 18 cuando la marca MORENA era todo, hoy las circunstancias son distintas, la fuerza de las y los candidatos será conjugada con el desempeño institucional del gobierno de AMLO.

El escenario que ofrece Sinaloa a MORENA, está lleno de detalles relacionados con el desempeño político local y federal, la lista de problemas o inconformidades sociales que amenazan con romper la seguridad de la contundencia del triunfo en el ‘24, está encabezada por la UAS, los agricultores -específicamente los productores de maíz y trigo-, los trabajadores del sector salud que reclaman su basificación desde hace años, los familiares de desaparecidos, los feminicidios… y la sociedad que aún vive con secuelas del estrés postraumático por los hechos de Jesús María en el mes de enero del presente año.

AMLO y MORENA son dos entidades distintas que encarnan un mismo objetivo que se llama Cuarta Transformación, eso potencializa su efecto en las urnas, sin embargo, la estrategia fundamental para legitimar el triunfo estará marcada por la exhibición de la oposición en terrenos como la corrupción y la comisión de delitos donde el miedo los hará replegarse.

Por otra parte, la dosificación de las bondades de los programas sociales será la bebida rehidratante para refrescar la simpatía y agradecimiento de los cientos de miles de beneficiarios que representan igual número de votos.