Por David Uriarte /

La orquesta Sinaloa está compuesta por artistas de la democracia, cada uno contribuye a la armonía de pieza musical que entonan. Es la mejor analogía cuando de buscar armonía se trata, cuando son diversos los actores inmersos en un problema, los mismos que podrían estar inmersos en una solución.

La justicia es la cuerda que jala cualquier problema y lo acerca al corral de la solución, mientras el jaloneo de la cuerda obedezca a múltiples intereses, mientras no se direccione en el mismo rumbo, el riesgo inminente es que la cuerda se rompa para volver a empezar.

La sociedad, el gobierno estatal, los productores de maíz y trigo, los acopiadores, Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), la Secretaría de Gobernación, Pemex, y Secretario de Agricultura y Ganadería del Gobierno del Estado de Sinaloa, son algunos de los actores principales que tensan la cuerda de la solución.

El director de la orquesta es el presidente López Obrador, es el coordinador de los músicos, es quien decide el ritmo de la partitura, después está el Secretario de Gobernación… el Gobernador, y los productores de maíz y trigo, en este orden está la importancia de los instrumentos para obtener la armonía esperada en la melodía que se llama acuerdo.

A los productores con más de veinte hectáreas, se les olvida que el director de la orquesta está privilegiando como parte de su régimen político, a los pequeños productores, ellos serán los que abran el concierto, son los primeros en recibir la señal para activar el proceso de compra y con esto, bajar la presión social, según el registro, son cerca de 18 mil pequeños productores que recibirán el beneficio a la señal del director de la orquesta.

Esta semana es definitiva, con la compra de sus cosechas a los pequeños productores, la intensidad de la lucha y la duración del conflicto deberá disminuir de manera considerable, esto abre una puerta de maniobra para el gobierno y reta a los grandes productores, los que le entienden a la política dirán y con razón, que es mejor diez pequeños productores conformes que un gran productor inconforme, en consecuencia, es mejor asegurar diez votos a favor, aunque también se asegure uno en contra.