Por David Uriarte / 

Hoy amaneció resfriado el presidente Andrés Manuel López Obrador, su escurrimiento nasal era evidente, tuvo que hacer uso de su pañuelo mientras exponía sus ideas en la mañanera, la inhalación abrupta por la nariz era evidente, se escuchaba el sonido propio de un respiro para evitar la salida de la mucosidad producto de un proceso infeccioso respiratorio agudo; tal vez sólo una rinitis estacional.

Más que la importancia del posible resfriado que curiosamente también padece en estos momentos el presidente Municipal de Culiacán, licenciado Jesús Estrada Ferreiro y el secretario del Ayuntamiento el doctor Othón Herrera y Cairo, como una coincidencia hasta en el estado de salud de los soldados de la 4T, son los temas abordados.

La carta que AMLO le envió con el cartero, Marcelo Ebrard, al presidente Biden de Estados Unidos, donde hace una serie de consideraciones relativas al cambio climático y resalta su programa sembrado vida que consiste en la reforestación del país, y al mismo tiempo la derrama económica a los jornaleros que hacen el trabajo de reforestación.

Con la expresión facial propia de una persona que se resiste a revelar su malestar, el presidente López Obrador intentó o pensó pasar inadvertido, sin embargo, el escurrimiento nasal lo traicionaba una y otra vez a lo largo de la mañanera del hoy.

No hay que perder de vista la esencia de los dichos de AMLO, es digno de análisis económico y previsión del futuro inmediato de México y el ingreso de los mexicanos, el hecho de estar escuchando al Presidente alabando a los paisanos por el incremento en las remesas que hacen llegar a México.

El Presidente espera que al fin de este año las remesas superen los cincuenta mil millones de dólares, en este tema hay algo peligroso por decir lo menos: el lavado de dinero y el dinero producto del narcotráfico.

Una forma de dispersar de manera “legal” el dinero producto de la venta de drogas en Estados Unidos, es a través del envío de pequeñas cantidades a muchos beneficiarios, que por una cuota módica prestan su identidad y su número de cuenta para recibir depósitos que luego tienen que entregar a los verdaderos dueños del dinero.

Cuidado.