Si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no toma las decisiones adecuadas para implementar un plan de reactivación económica con incentivos a la actividad productiva y si el paquete fiscal del 2021 resulta insuficiente o “ideológico”, México podría tardar hasta cinco años en reactivar su economía y nos podría llevar a enfrentar una década perdida, sentenció el sector empresarial luego de que se diera a conocer la caída drástica en el PIB.
Enoch Castellanos, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), explicó que, si bien el impacto de menor dinamismo es consistente al cierre por la actividad económica durante los meses de abril a junio del presente año, la reducción resultó mucho más aguda debido a la ausencia de apoyos y políticas públicas enfocadas a soportar el paro de actividades por el Covid-19.
En este sentido, la industria de la transformación sufrió caída de 25.7% con respecto al mismo periodo del año pasado.
“Lo importante es ver cómo se reactiva la economía y la industria, porque no se ven datos, se proyectan caída del PIB del 12% para el 2020, pero estaremos esperando los criterios de política económica que se van a presentar al Senado el 7 de septiembre, eso será clave para saber por dónde viene la reacción del gobierno y si va a ser inexistente (su apoyo), donde solo el 7% de las empresas han tenido algún apoyo para sostener la planta productiva y no hay visos de que se pueda dar algún apoyo fiscal o diferimientos”, expresó el dirigente de la Canacintra.
Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex, advirtió que, si no se reestablece la confianza a los empresarios y se dota de certeza jurídica a las inversiones, sobre todo en sectores claves como el energético, tendremos el retraso de una década y poder recuperarnos.
El dirigente del sector patronal instó a que se restablezca la confianza como vehículo y determinante fundamental para que se puedan dar inversión, con ello desarrollo y crecimiento.
“El elemento fundamental es la certidumbre jurídica y la confianza, nos parece que, si esto era fundamental al principio de esta administración, ante la contundencia de datos, hoy como nunca y habiéndose ya superado el tema del T-MEC, hoy la confianza se tiene que dar en lo doméstico, en las leyes internas, en la confianza de las inversiones de largo aliento, especialmente aquellas que se han vulnerado más como el sector energético”, resaltó De Hoyos.