Desde hace 46 años cada 5 de junio es la fecha elegida por la ONU para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, con el objetivo de concienciar al mundo entero de lo importante que resulta para todos los seres que habitan la Tierra.

Los seres humanos vivimos inmersos en el medio ambiente que nos rodea y éste está integrado no sólo por elementos biológicos como los animales o las aguas, sino también por una serie de componentes físicos (mareas, fenómenos meteorológicos, climas, etc.).

Dado que todos interactúan e influyen unos sobre los otros, es obvio que para coexistir es imprescindible que haya un equilibrio.

“Cada año, las plantas marinas producen más de la mitad del oxígeno de nuestra atmósfera, y un árbol es capaz de limpiar nuestro aire absorbiendo 22 kilos de dióxido de carbono y liberando oxígeno a cambio”, apunta las Naciones Unidas sobre algunos de los servicios que realiza la naturaleza para mantener la vida en el planeta.

Este 2020, bajo el tema “la biodiversidad”, las Naciones Unidas hace un llamado sobre los eventos recientes, como los incendios forestales nunca registrados en Brasil, California y Australia, la invasión de langostas en el Cuerno de África y la pandemia de covid-19, que demuestran “la relación inextricable entre los humanos y las redes de la vida en las que vivimos”, menciona la organización.

El coronavirus y el medio ambiente 

La aparición de la enfermedad covid-19, que se produce por el coronavirus SARS-CoV-2, puso en evidencia que “cuando destruimos la biodiversidad destruimos el sistema que sustenta la vida humana”, explican las Naciones Unidas.

Hay aspectos de la situación medioambiental que la actual pandemia por COVID19 demostró, y es que hay muchos problemas que tiene solución, como la contaminación ambiental producida por el transporte, la convivencia con otras especies a las que se ha apartado de sus hábitats naturales o la contaminación de las aguas.

La biodiversidad se está perdiendo a pasos agigantados y la aparición del nuevo coronavirus COVID 19 no ha hecho más que reforzar las evidencias que ya poseían los científicos, de que cuantas más especies se pierdan y se acoten los animales salvajes, mayores serán las posibilidades de que surjan nuevas enfermedades de carácter zoonótico.

Se calcula que el 75% de las nuevas enfermedades, llamadas emergentes son transmitidas al ser humano por los animales. Al disminuir la cantidad de especies, las posibilidades de que las patologías lleguen al ser humano aumentan significativamente, por lo que preservar la biodiversidad y cuidar de la salud de la naturaleza es cuidar la de los humanos también.

 

Con información de Econoticias.com