Por David Uriarte /
Pese a todo lo que se diga, el índice de confianza de los mexicanos en la economía es actualmente el más alto a pesar de que la situación económica familiar no mejora.
Este fenómeno indica la esperanza de muchos mexicanos en sus autoridades especialmente en su presidente.
Los indicadores y las tendencias manejadas por el portal “oraculus.mx”, demuestran cómo las variables de aprobación y desaprobación presidencial empiezan a converger, es decir la aprobación tiende a disminuir y la desaprobación tiende a aumentar en México.
¿Cómo estará la economía de los mexicanos en 10 años? Según el reconocido economista mexicano Macario Schettino, la economía tiende a la baja. El asesor en materia de economía de Andrés Manuel López Obrador hace 22 años -cuando AMLO militaba en el PRD- examina la globalización y exhibe los escenarios económicos mundiales donde el paraíso es Dinamarca; en américa latina Chile, y dice que nuestra meta debe ser España.
Según los indicadores mundiales, el nivel de pobreza extrema como tal no es tan preocupante en México ya que sólo el 3% de los mexicanos viven con 20 pesos al día.
El problema real es que 85% de los mexicanos vive con menos de 200 pesos al día, esto indica que sólo 15% de los mexicanos gana más de 200 pesos diarios.
La danza de los números es importante porque revela los verdaderos soportes de las familias en México, sin embargo, la esperanza sigue siendo el suero que tonifica la voluntad de la raza de bronce.
La esperanza es un constructo mental, es la raíz de la creencia, es la base del comportamiento, por eso, la razón no entiende lo que la emoción hace o dirige.
Una muestra de confianza son las manifestaciones sociales que los creyentes o miembros de la iglesia “La luz del mundo” hicieron cuando su líder fue encarcelado.
Otra más fue cuando encarcelaron al sacerdote católico acusado de asesinar a otro sacerdote hace unas semanas en la Ciudad de México y las manifestaciones en la calle y ante las autoridades fueron evidentes; eso es confianza aunque en el fondo la realidad diga otra cosa.
Confiar es una cosa, conocer la verdad es diferente.