El robo de mascotas es, por desgracia, un mal que aqueja a cualquier sociedad. Aunque no es algo que aparezca en los periódicos o alarme a las autoridades, son muchos los animales que cada año son separados de manera forzosa de sus familias o seres queridos. Algunos de ellos son robados para venderlos posteriormente, otros para cobrar alguna recompensa, si es que se ofrece, o bien algunos son sustraídos para intentar extorsionar a su familia.
“Todos debemos comprometemos a no comprar animales de dudosa procedencia”.
A pesar de no existir cifras oficiales de estos lamentables eventos, es algo que puede disminuir tomando las medidas necesarias, teniendo siempre en mente que la seguridad de las mascotas depende en gran medida de los que sus amos hagan al respecto. Es por eso también que todos debemos comprometemos a no comprar animales de dudosa procedencia ya que al comprar mascotas que fueron robadas, fomentamos en gran medida que se sigan cometiendo estos condenables actos.
Nunca dejes a tu perro libre por las calles, no importa si tu colonia o conjunto habitacional es un sitio seguro.
Colocarle en el collar alguna placa con su nombre y teléfono, puede ayudar a que te localicen en caso de que se haya extraviado realmente.
A la hora de salir a la calle con el animal hay que mantenerlo con la correa puesta; los parques y los sitios donde los animales vagan sin control son el lugar ideal para cometer el atraco. Si deseas que corra libremente un rato, es mejor que elijas espacios amplios y despejados para soltar a tu mascota, sin cestos, bancos, vegetación alta, u otros objetos, que puedan ocultarlo de tu vista aunque sea un momento.
Ten cuidado con esos “adoradores” de los perros que se acercan a acariciar al animal y a hacer preguntas que podrían dar una pista de donde vives y de cuáles son las costumbres de tu mascota; muchas veces un ladrón de perros lo hace a manera de “tantear el terreno” y saber si tu mascota es una víctima accesible.
Nunca dejes a tu perro amarrado afuera del súper, la cafetería o la panadería. Un perro amarrado y sin alguien que lo cuide es un blanco sumamente tentador, sobre todo si su amo se encuentra entretenido en otras cosas. Si tu mascota puede entrar a donde vas, muy bien que te acompañe, si no, mejor que te espere en casa.